sábado, 28 de diciembre de 2013

Cloración

A las dosis habituales es útil contra bacterias y virus, pero no contra protozoos ni sus formas quísticas, para estos últimos son necesarias dosis más elevadas que darán mal gusto al agua; además, el cloro es relativamente lento y se inactiva parcialmente por las substancias orgánicas presentes en el agua. Se utiliza lejía (hipoclorito sòdic).
  El cloro no sólo es uno de los desinfectantes más efectivos para el agua potable, sino también uno de los más baratos. Es muy eficaz contra las bacterias relacionadas con enfermedades transmitidas por el agua. Sin embargo, no tiene buenos resultados contra la erradicación de los virus que transitan por el agua sin  potabilizar.
Para evitar este problema, es recomendable filtrar el agua antes de la cloración. La forma más sencilla de aplicar cloro al agua es con pastillas o en soluciones. Después de la aplicación del hipoclorito, el agua debe mezclarse bien y dejarse reposar 30  minutos para que el cloro entre en contacto con los microorganismos.

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