El agua limpia es un requisito fundamental para la reducción de
enfermedades transmitidas por el agua. Es un hecho que la existencia de
enfermedades transmitidas por el agua puede ser muy reducida si se dispone de
agua limpia y disposición segura de heces.
De allí que la desinfección del agua consiste en matar o eliminar los
patógenos presentes en el suministro del agua y prevenir que crezcan de nuevo
en los sistemas de distribución. La desinfección se usa para evitar el
crecimiento de organismos patógenos y proteger la salud pública. La elección
del desinfectante depende de la calidad de agua individual y sistema de
suministro del agua. Sin desinfección, el riesgo de enfermedades transmitidas
por el agua aumenta.
El
agua puede potabilizarse de diversas formas con el objetivo de destruir los
microbios o parásitos que se encuentren en ella, y que pueden causar
enfermedades a las personas.
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